sábado, 26 de mayo de 2018

CXLVI

Ella dijo

Ella dijo quédate,
y yo huí
como un pájaro
buscando libertad
para acabar volando
prisionero de su recuerdo,
ahora solo hay guitarras, sin clave de sol,
como este perdedor de amaneceres sin luz
condenado al humo de un cigarro perturbador.

Difícil es el castigo
de tener que vivir con la culpa
de que fui yo quien nos condenó
a ser tan solo amigos,
es como soportar el peso del mundo
sobre mis hombros afligidos.

Subsistiré sin atarme
a la locura de tu albedrío,
como ves, gata de ojos negros,
el alma del poeta no tiene cura.

@LexCarn
Alejandro Carmona

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