miércoles, 30 de noviembre de 2011

XI

Del renglón vacío no tengo miedo
porque escribir es mi pasión, mi anhelo,
miedo tengo de sentir y ver que expresarlo no puedo
pero eres tu poesía (mi guía) por la que me desvelo

Darte forma mi placer más querido
escribo, no por ego, sino porque puedo y lo siento
y porque me lo pide mi corazón herido,
harto de guardar tan bello sentimiento

Contigo navego sobre las embravecidas olas
que surcan el mar de mi alma,
de mi vida para tí, dedicadas tantas horas
que la escritura y lectura me dan la calma

Pero con el tiempo me he dado cuenta
que tú (poesía), no sólo vives en la estrechez del papel,
que es mi vivencia la que te fundamenta
y es la belleza de la vida el plantel

A. Carmona

X

Andando por mi oscura melancolía
pasa el tiempo, corren los días
mas nada hago, sólo caminar por esta vía,
tú mi pequeña utopía, sé que todo lo cambiarías

Cada noche cual loco trovador
a la luna le canto mi verso
que no es otro, sino el amor,
preso ya me siento de tu universo

Te mentiría si negase este sentimiento
pero la vida me dice que me vaya lejos
que no soy yo ni la luz, ni la cura a tu padecimiento,
ya sólo me queda (en sueños) tu reflejo en fríos espejos

Ahora me toca vivir con esta alma traviesa
que se niega a dejarte ir, sin decirte te quiero,
y que va a contracorriente de esta vida perversa,
a solas me iré con tu recuerdo a recorrer el mundo entero...

...tú mi pequeña utopía, algún día
harás de mi pena alegría...

A. Carmona

IX

Somos los ausentes, los que un buen día
dejamos de vivir, o por el contrario,
nos dejamos morir;
El olvido nos invita a irnos con él,
juntos, cogidos de las manos,
le seguimos entre la nada;
El tiempo ya no pasa para nosotros
todo ha cambiado, aquí nada tiene importancia,
porque el todo carece de sentido;
Y la ausencia entre los vivos se deja notar
y nos vuelve más ausentes, y ahora,
me doy cuenta que por el olvido
de los que un día amé...
yo dejaré de existir...

A. Carmona

jueves, 10 de noviembre de 2011

VIII

Todos te pretendían y como ellos,
yo, te contemplaba totalmente fascinado
observaba tu reflejo en el agua del mar,
que parecía izarse y querer acariciarte,
me fijaba en tus perfectas y sinuosas curvas
aquellas que mueves con lentitud casi hipnótica,
atisbaba la clara y virginal luz de tu rostro
y soñaba,cual incauto, con llegar hasta tí,
pero pocos lo consiguen, así que me resignaré
con alzar mis ojos al firmamento que te envuelve
y recitaré suavemente tu bello nombre: Luna

A. Carmona

miércoles, 9 de noviembre de 2011

VII

Cada año que pasa pierdo
un pedazo del puzzle de mi alma,
he pecado una y otra vez
para tener una razón
de arrepentirme y purificarme,
he pecado de forma insesante
para conocer todas mis aristas,
mis luces y mis sombras,
para conocerme y no temerme...

A. Carmona

VI

Cierro los ojos
y respiro profundamente...
Siento aun tu olor
como el primer día,
a pesar de la lejanía
que nos han impuesto los años
y el corazón que aun
me tiene (a tí) condenado...

A. Carmona

sábado, 5 de noviembre de 2011

V

Una vez más me sorprendo
a mi mismo mirando al cielo
abstraído, casi soñando...
Miro tus ojos, pedazos caídos
del mismo cielo, que me recuerdan
que ese sueño eres tú...

A. Carmona

viernes, 4 de noviembre de 2011

IV

Mar serena que moja tus pies
Acariciándote suavemente
Rayos del sol broncean tu piel,
Indolente te contemplo
Ninfa de curvas candentes
Anhelando en mis brazos tenerte.

A. Carmona

III

De nada de lo que escribo
me siento satisfecho,
puñal certero y cruel
que malhiere mi pecho
¡que desgracia, que desperdicio!
No de orgulloso talento
sino del maleficio
del humilde sentimiento,
no sé que me duele más
si la brevedad del momento...
o la eternidad de la nada.

A. Carmona

II

La vida en un suspiro
es contenida por el tiempo,
así la siento, distante, en mi retiro
observándola tranquilo como pasatiempo,
me pregunto si habrá algún pápiro
con mi destino escrito, a destiempo,
sería sin duda una joya, un zafiro
que guardar del contratiempo
de ser leido mientras aún respiro...


A. Carmona

I

Pretendía, tan sólo
Admirar tus negros ojos,
Urdir de ellos tu misterio
Liberarme así de tu embrujo,
Apenas pude resistirme...


A. Carmona