miércoles, 28 de marzo de 2012

XLI

Del binomio de la vida y la muerte
somos participes, la una nos da
el frágil aliento de conocer la belleza
y la otra nos lo arrebata con sus manos
huesudas y húmedas para llevarnos
junto a Hades en el averno;
podemos caer cómo aquellos
los sempiternos dioses de piedra,
madera, mármol o bronce, los cuales
se desploman y rompen para desaparecer;
podemos caer también nosotros
cómo lo que somos, seres mortales,
carne y hueso, de generación en generación
renacida bajo el reinante orbe celestial
,
nos derrumbamos también nosotros
a morder el polvo del que venimos
pero nuestra carne muestra su rebeldía
e intenta levantarse, aquellos que lo consiguen
son los llamados héroes inmortales

de los que sus hazañas perduran a través
del tiempo inspirando al mundo;
no esperéis de mi tal heroicidad,
sólo soy un pirata sin honor,
sin mar que surcar, sin barco ni bandera,
sólo espero la muerte del corsario

entre vasos de ron.

A. Carmona


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