viernes, 2 de marzo de 2012

XXXVI

Azules iris donde el mar refleja
las estrellas queriendo ser cielo
en tus iris de hielo,
iris ámbar de dulce miel
que en atardeceres enamoras
al amante infiel,
verdes iris como la hierba fresca
naturaleza creciente en envidia
del gozo de otros ojos
y estos iris grises que de tristeza
se ven inundados sean consolados
en sus días nublados...
pero son esos iris marrones
los que llaman mi atención
sus pupilas llevan a fuego
mi nombre grabado y no puedo
dejar de mirarlos.

A. Carmona

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