lunes, 20 de febrero de 2012

XXXII

Mis sueños hablan de tí,
mi boca insensata quiere
probar tu miel,
mi piel anhela rozar la tuya,
mis ojos tienen envidia
a mis oidos porque ellos
pueden oir tu voz,
y tu olor deja meláncolico
el corazón de un amante
en la sombra,
dispuesto a conquistar
el mundo y ponerlo a tus pies,
capaz de parar el curso del agua,
que detendría el giro de la Tierra,
pero porque fueras feliz
simplemte,
desaparecería con el viento.

A. Carmona

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