Laberinto
Caminando entre el eco de las voces
de dioses paganos perecidos,
miro la media luna que ilumina vaporosa
el camino de este vergel laberinto hasta mi corazón,
buscando una salida antes de que las lenguas de fuego
que me persiguen devoren mi cuerpo.
Tengo por costumbre un culto a lo tenue
de los sentimientos y como buen fariseo
me he rasgado las vestiduras, por mil
supuestos ultrajes por amor,
cuando en realidad quién más quién menos
disparó a quemarropa en alguna ocasión.
Lo que ves es un ejercicio ingrávido de expiación,
a ti no te importa y yo creo que para mi es tarde,
pero no me niego expresarlo, como no te negaré
que cuando estos versos jueguen en tus pupilas
yo me habré ahogado en whisky,
y este poema será una bola de papel
en el suelo abandonada.
@LexCarn
Alejandro Carmona
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