martes, 23 de abril de 2013

LXIV

Frente el uno al otro
sintiendo el latir de mi corazón
palpitando contra mis sienes
y el bramido colérico
de tu bravura agitada;
 Sólos tú y yo, a punto de recrear
el arte de torear, entretanto,
las gradas expectantes
seguirán el baile del capote
y la muleta entre aplausos
y sus vítores nos envolverán,

mientras  proseguimos
con nuestra danza
de vida y muerte,
de sangre y albero;
Yo daré unos pases,
tú seguirás el ritmo

y ante nosotros se presentará
lo sagrado y hablará al hombre,
así bailaremos hasta que el estoque
tus ojos grandes apaguen
y por siempre el ruedo sea tu templo,
y parte de mi muera contigo
para encontrarte de nuevo
entre las luces y las sombras
del mundo de los sueños.

A. Carmona

No hay comentarios:

Publicar un comentario