jueves, 10 de noviembre de 2011

VIII

Todos te pretendían y como ellos,
yo, te contemplaba totalmente fascinado
observaba tu reflejo en el agua del mar,
que parecía izarse y querer acariciarte,
me fijaba en tus perfectas y sinuosas curvas
aquellas que mueves con lentitud casi hipnótica,
atisbaba la clara y virginal luz de tu rostro
y soñaba,cual incauto, con llegar hasta tí,
pero pocos lo consiguen, así que me resignaré
con alzar mis ojos al firmamento que te envuelve
y recitaré suavemente tu bello nombre: Luna

A. Carmona

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