domingo, 29 de septiembre de 2013

LXVII

¿Has sentido alguna vez
el fuego que atenaza a tu alma?
Se alimenta de tu miedo,
de tu odio, de aquello
que desconoces y temes,
tu propia oscuridad;
Sientes como crece en tu interior
cómo domina tu cuerpo y tu mente
y aunque el incendio de tu esencia
es más doloroso que el de la propia
carne, es necesario;
Debes aceptar tus temores,
tu oscuridad, tus aflicciones,
debes dejarte quemar
por aquello que más te horroriza,
lo más profundo e irracional
de ti mismo (lo más primario);
Al igual que el bosque
que crece salvaje y sin control
la purga del fuego es natural,
arrasará tus pecados, tu moral,
tus convicciones, tus principios,
tus inhibiciones, aquello
que te empuja, y todo
serán cenizas,
hasta que de nuevo
estés listo para brotar
con más fuerza y vigor
para renacer más puro.

A. Carmona

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