miércoles, 8 de agosto de 2012

LV

Encontrándome con la guardia baja,
por tu belleza despiadada,
clavaste tu aguijón, sin piedad denostada;
ciego quédome del veneno de tu amor
y sordo de tus caricias con ardor;
maltrecho andaba yo
,
cuando mi costado sintió tu puñalada
y mi pecho sin corazón quedó...

Como pude el despojo que resulté
por la vida lo arrastré, me refugié
y avancé con camino incierto... a tientas.


A. Carmona

No hay comentarios:

Publicar un comentario