domingo, 1 de enero de 2012

XVIII

A la llegada de la alborada
este nuevo día es distinto,
ecos de fiesta trasnochada
resuenan en las calles
 y las casas, el frío que cala
hasta los huesos me obliga
a cubrirme con una manta,
asomado al balcón, contemplando
emerger el Sol, me distraigo
por un momento, con el vaho
de mi respiración, pensando
en colgar el nuevo almanaque,
te doy la bienvenida Enero.

A. Carmona

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