viernes, 20 de abril de 2018

CXVI

Destellos del odio

Que gran estruendo estremeció la tierra,
se resquebrajó así sus sueños, sus esperanzas,
la noche se volvió día con los destellos del odio
con los que les abatían de forma inclemente,
lloró una madre y esposa al arrancarle
de cuajo sus alegrías y se ahogaron sus gritos
en la sangre inocente vertida en la orilla
de esta guerra, de este mar de la sinrazón.


¿Justicia, donde estás?
¿Acaso tú también has caído?
¿Te retiene frontera o bandera alguna?
¿Quizás estés secuestrada entre los escaños
de los valedores de la democracia
junto a la Misericordia?
¿Naufrágaste acaso en la patera
de la miseria humana?
¿Estás atrapada tras la verja
de la vergüenza del mercado?


He perdido la esperanza en nosotros mismos
maldigo a los hijos de Caín,
que su signo les avergüence
marcados para siempre
por la sangre de niños derramada.
Que sus almas no encuentren descanso
por las sonrisas borradas,
que Caronte les deje vagando
por la ribera del río Aqueronte,
que caigan bajo el juicio de Osiris
y su veredicto sea ser devorados por Ammyt.


Que les perdone quién pueda
porque yo soy incapaz de hacerlo,
incapaz de olvidar el dolor.

@LexCarn
Alejandro Carmona




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